martes, 2 de junio de 2009

La venus migratoria


Recientemente la revista «Nature» anunció el descubrimiento del arqueólogo Nicholas Conard, Universidad de Tubinga, Alemania, de una estatuilla antropomorfa de marfil de mamut. Se trataría de la más antigua representación de una figura humana, mide seis centímetros y tiene la cabeza en forma de argolla de manera que pudiese colgar del cuello de un Homo sapiens, hace al menos 35mil años.
Es una mujer, tal como las que suelen ilustrar los libros de pre-historia, figurillas de abundantes proporciones que representan el opuesto exacto del ideal de belleza de las actuales revistas de moda. Mientras las publicaciones científicas muestran las gordas de hueso, en las otras, aparecen flacas en los huesos.
No busco reivindicar los derechos paleontológicos de la mujer sino retomar un pasaje de la nota de P. Mellars en «Nature», en la que afirma que la venus de Hohle Fels sería una muestra del "primer arte moderno". Un cliché tan ofensivo para un historiador del arte como para una feminista, el magro ideal de mujer tan en boga. Las venus más antiguas eran aquellas descubiertas en los Pirineos y Rusia meridional que datan de 29 o 25mil años atrás, y a pesar que en esos mismos sitios se encontraron representaciones sexuales masculinas tan explícitas como sobredimensionadas, aún hoy, no es fácil asumir la profunda antigüedad de estas formas; las que — como bien recuerda Mellars — pueden obedecer a razones chamánicas o adjudicarse a un modelo dualista de oposición sexual (masculino-femenino), no se sabe.
Mellars subraya además el hecho que estas imágenes son fruto de migraciones del Homo sapiens hacia Europa desde África, lugar donde a pesar que encontramos dibujos geométricos abstractos de 75mil años atrás e incluso de 95mil años, en nada igualarían este último hallazgo. Sostiene además —y de aquí surge mi perplejidad— que "el acontecimiento de un arte figurativo pareciera ser un fenómeno europeo", sin documentación previa en África o en otros lugares del planeta hasta 30mil años. De modo que la "explosión simbólica"— cito — "estaría asociada al origen y a la difusión de nuestra especie, reflejando una profunda reorganización de las capacidades cognitivas del cerebro y quizás un progreso análogo de la complejidad del lenguaje".
No entiendo. Porqué a veces, para la ciencia, según convenga, la abstracción está asociada al pensamiento complejo y en otras a formas primarias de representación. No puedo dejar de pensar en Riegl que en su tratado sobre el ornamento, publicado a fines del XIX, explica cómo para dibujar un elemento sobre una superficie plana se necesita una capacidad creativa mayor, ya que no se trata de imitar sobre la materia la estructura de un cuerpo que se tiene delante de los ojos como modelo, sino trazar su figura. Así, el contorno, el esquema abstracto, que en la realidad no existe, requiere de un tipo preciso de hallazgo representacional basado en complejas estartegias de invención visual (1). Un proceso que en las artes visuales, la literatura o la música se llama «referencia», e implica el núcleo de la constitución de las metáforas y de la posibilidad que esas mismas metáforas, así como las que vendrán, sobrevivan en el contexto de las formas simbólicas, más allá de la dirección geográfica que haya seguido el motivo o la figura original en el paradojal mundo de las influencias.
Por lo tanto, estimado mister Mellards, la carrera por el descubrimiento del monopolio de la figuración no ha terminado aún. Quizás en este momento un arqueólogo africano lee su artículo, pensando en la ingenuidad de creer que estas formas de supremacía historiográfica puedan perdurar. Piense por un momento en la marcha continua hacia el hemisferio norte y cómo hoy mismo grupos de africanos son devueltos a las costas del continente del que huyen del hambre y la guerra. Estoy seguro, más aún después de esta prueba científica proporcionada por «Nature», que esto se reflejará, en algunos miles de años, en un retroceso en las capacidades cognitivas, las mismas que hoy nos permiten celebrar el triunfo de la figuración sobre la abstracción geométrica como un fenómeno europeo.

(1) A. RIEGL, Problemi di stile: fondamenti di una storia dell’arte ornamentale, (1893) Milano, Feltrinelli, 1963, p. 14.

1 comentario:

Joselo dijo...

Interesante la información, gracias por compartirla.